En la primera visita dedicaré alrededor de una hora y media a escucharte y comprender a fondo tu historia. A través de una entrevista detallada viajaremos por tu historia de vida para descubrir qué mecanismos están detrás de tus síntomas.
Suele ser una sesión muy reveladora, en la que muchas personas logran ver cómo sus síntomas se relacionan con experiencias, vivencias o respuestas del propio cuerpo. Este entendimiento profundo te ayudará a comprender qué te ha pasado y por qué, aportándote paz, claridad y la confianza de saber que existe un camino para recuperar el equilibrio.
En la segunda visita, que dura aproximadamente una hora, definiremos junt@s la ruta a seguir. Te presentaré el plan de trabajo, con las diferentes fases y su duración estimada, para que tengas una visión clara del proceso. Será el siguiente paso en el camino que comenzamos en la primera sesión, y en el que te acompañaré de forma cercana y constante.
A partir de ahí, realizaremos las visitas de seguimiento, también de una hora de duración, en las que iré ajustando las recomendaciones según tu evolución y, cuando sea necesario, aplicaré intervenciones manuales u orientadas al aspecto emocional.
El número de visitas varía según el motivo de consulta y el objetivo que se desee conseguir.
Normalmente las visitas se espacian en el tiempo de 1 a 4 semanas, según cada caso.
Dependerá de tu caso y de su complejidad. Hay procesos más profundos que pueden requerir varios meses, incluso un año o algo más, pero eso no significa que no empieces a notar cambios positivos mucho antes.
Es importante saber que la evolución no siempre es lineal: pueden aparecer altibajos en el camino, y eso es completamente normal. Cada fluctuación nos aporta información valiosa sobre cómo responde tu cuerpo y nos ayuda a ajustar el acompañamiento de la mejor manera.
En los casos más sencillos, si sigues las recomendaciones con constancia, es habitual empezar a sentir mejoría entre la segunda y la cuarta semana. Aun así, el proceso completo puede durar varios meses hasta alcanzar una recuperación estable y duradera.
Las recomendaciones que te proponga estarán completamente personalizadas, pensadas para que puedas integrarlas fácilmente en tu día a día.
Si en algún momento encuentras alguna dificultad para llevarlas a cabo, en las visitas de seguimiento revisaremos juntos qué está ocurriendo y haré los ajustes necesarios para adaptarlas aún más a tus necesidades.
Si es preciso, utilizaremos diferentes estrategias que te ayuden a superar esas dificultades y a continuar el proceso de una forma cómoda y sostenible.
La suplementación por sí sola normalmente no es suficiente para resolver el problema si no va acompañada de unos hábitos de vida adecuados, aunque en algunos casos muy concretos puede resultar clave. Por eso, en principio no es algo obligatorio tomarla, aunque en muchos casos resulta muy recomendable.
Cuando se utiliza de forma adecuada, la suplementación puede potenciar el proceso y ayudarte a recuperar el equilibrio más rápidamente. Esto hace que te sientas mejor antes y que te resulte más fácil incorporar los nuevos hábitos en tu día a día.
En caso de que la necesites, siempre elegiré la que se adapte mejor a tus necesidades y recomendaré la menor cantidad posible, priorizando siempre la sencillez y la eficacia.
Algunos fármacos pueden interactuar con determinados suplementos, por lo que valorar éstas posibles interacciones será parte del proceso para asegurarnos de que todo sea compatible y seguro para ti.
En cualquier caso, podrás seguir tomando tu medicación mientras incorporas los nuevos cambios, que te irán ayudando a sentirte cada vez mejor. Con el tiempo, es posible que notes una mejora significativa y percibas que quizá ya no necesites la misma medicación; en ese momento, siempre podrás comentarlo con tu médico para valorar juntos una posible reducción de forma progresiva y segura.
Hay algunos fármacos que pueden interferir en ciertos mecanismos de recuperación; hablaremos de ello con detalle para que tengas toda la información, pero la decisión final sobre tu medicación siempre será tuya y de tu médico.
Al contrario. La idea es que puedas comer hasta saciarte, siempre que elijas los alimentos recomendados para ti.
A medida que tu cuerpo recupere su equilibrio, tu estado nutricional mejorará y sentirás que tienes más energía. Esto hará que no necesites comer con tanta frecuencia ni tengas sensación de hambre constante.
El tipo de alimentación que te propondré no es hipocalórica; simplemente limita ciertos grupos de alimentos que pueden estar interfiriendo en tu bienestar. Lo más bonito es que, además de sentirse bien, se disfruta mucho comiendo así. De hecho, muchas personas me cuentan que, con el tiempo, ya no quieren volver a su alimentación anterior.
La sesión dura aproximadamente una hora. Comenzaré con una pequeña entrevista de unos 10 minutos para conocer mejor tu caso y hacerte algunas preguntas relacionadas directa o indirectamente con el motivo de tu consulta.
Después continuaremos con el trabajo manual propiamente dicho.
Al finalizar, te explicaré de forma sencilla qué he encontrado y te daré recomendaciones personalizadas que ayudarán a potenciar los efectos del trabajo realizado.
Todo lo que compartas será tratado siempre con la máxima confidencialidad.
El número de sesiones varía según el motivo de la consulta y el objetivo que se desee conseguir.
En muchos casos, 4 o 5 sesiones son suficientes para notar una mejora significativa. En los casos más complejos, puede ser necesario un trabajo más prolongado o un Abordaje Integrativo. (más información)
Al finalizar la primera sesión te daré una estimación aproximada del número de sesiones que podrían ser necesarias y te plantearé diferentes opciones para que el proceso se adapte a ti.
Al principio, las sesiones suelen ser más seguidas, con una diferencia aproximada de una semana entre ellas.
Después, y según cómo evolucione tu caso, iremos espaciándolas progresivamente cada dos o tres semanas, hasta conseguir una estabilidad duradera.
Por el momento, las sesiones se realizan únicamente en la consulta, donde tengo todo lo necesario para ofrecerte un servicio de la máxima calidad.
No obstante, si tienes alguna dificultad para desplazarte, puedes consultarlo conmigo y valoraremos tu caso juntos.
La Norma Europea EN 16686:2015 sobre Prestación de asistencia sanitaria en osteopatía establece que la osteopatía es una profesión independiente de la fisioterapia.
En España, esta normativa aún no se ha incorporado oficialmente, por lo que la osteopatía no está regulada de forma específica.
Aun así, es posible ejercer como osteópata dentro del marco legal actual, dentro del grupo de “Profesionales relacionados con actividades parasanitarias” (grupo 841).
El trabajo manual que realizo es muy suave. En algunos momentos puedes notar una sensación conocida como “dolor dulce”, un tipo de molestia agradable que suele acompañarse de alivio.
Siempre tendré en cuenta tu nivel de sensibilidad y adaptaré la presión para que la sensación sea cómoda en todo momento.
A veces se piensa que “cuanto más duele, más efectivo es”, pero en este tipo de trabajo no es así: si hay dolor, se genera alarma y el tejido se tensa. Por eso, el objetivo es que el cuerpo se relaje sin necesidad de provocar molestias.
El trabajo se realiza con mayor comodidad si permaneces en ropa interior, ya que facilita el acceso a los tejidos.
De todos modos, si prefieres no desnudarte, puedo trabajar perfectamente con prendas finas y sueltas sin que se pierda efectividad.
Tu intimidad será siempre respetada: usaré toallas para cubrirte y que te sientas cómod@ y tranquil@ durante toda la sesión.
Porque el abordaje que realizo es holístico, es decir, tengo en cuenta que el cuerpo es un todo.
A veces, un dolor lumbar puede estar relacionado con tensiones en la zona craneal, el sacro o incluso con órganos internos.
Si no se atienden esas otras áreas implicadas, el malestar puede reaparecer. Por eso, trabajar el origen del problema, y no solo el síntoma, es clave para conseguir una mejora real y duradera.
La osteopatía es conocida por las manipulaciones articulares que, en algunos casos, producen un pequeño “crac”. Ese sonido no indica necesariamente que la articulación haya sido corregida, sino que se ha producido una cavitación articular.
Durante la sesión evaluaré si existen bloqueos articulares y, si es necesario, los corregiré con las técnicas más seguras y suaves posibles.
En la mayoría de los casos no hay “crac”, pero el resultado sigue siendo igual de eficaz.
Por supuesto. En las sesiones abordo tanto lesiones musculares y articulares como tensiones viscerales o craneales que pueden ser causa o consecuencia de un dolor de espalda o las contracturas.
Si solo se trabaja la parte muscular, el trabajo quedaría incompleto y la mejoría puede ser temporal. Por eso, busco siempre el origen del problema para que los resultados sean más completos y duraderos.
Puedes consultarme tu caso sin ningún compromiso haciendo clic aquí. Te responderé con total honestidad si mi trabajo puede ayudarte.